HÁBITOS RELACIONADOS CON LA
HIGIENE GENERAL
Para establecer un buen hábito a la hora de realizar la
higiene infantil, debemos seguir unas pautas que repetiremos cada día:
Horario
Es aconsejable realizar el baño siempre a la misma hora, para
que el niño lo asimile en su horario
interno. El momento del día en que se realice es indiferente: puede ser por la
mañana, al mediodía, por la tarde...Muchas veces se realiza antes de ir a dormir
para aprovechar la relajación que supone el baño y favorecer el inicio del
sueño.
La higiene de las manos debe ser más frecuente y realizarse, como
mínimo, cada vez que estén sucias, antes de comer, después de ir al baño y al
llegar a casa.
La cara se debe lavar con agua mínimo dos veces: por la
mañana al levantarse y por la noche.
No es recomendable lavar el cabello con champú todos los
días, es suficiente con dos o tres veces a la semana. El peinado y cepillado
del pelo sí se debe realizar a diario.
Duración
No es recomendable que el baño se alargue en exceso, para
evitar que el niño se enfríe. En 10 o 15 minutos hay tiempo suficiente para
realizar una correcta higiene personal.
Para lavar las manos, el niño necesitará tres o cuatro minutos. Es importante no
excedernos en el tiempo para evitar que el niño tome aversión a la limpieza.
Ambiente y
utensilios
La higiene debe realizarse en el baño o en la sala acondicionada para ello. Debe tener
la temperatura adecuada y hay que evitar
las corrientes de aire. Es imprescindible que el niño pueda acceder fácilmente,
por ello a veces tendremos que proporcionarle las alzas adecuadas para que
pueda llegar al lavabo.
Para el aseo, el pequeño debe tener a su disposición el agua,
el jabón y una toalla. El jabón debe tener un pH neutro para no perjudicar la
piel. Es recomendable que la toalla sea de uso exclusivo del niño, no se puede
compartir. En el caso de la toalla de mano, es mejor que sea de papel, de un
solo uso.
Para realizar el baño general, se puede utilizar una esponja,
siempre que esté en buenas condiciones y no sea muy áspera: si no se mantiene
limpia y seca, pueden reproducirse microorganismos en su interior, y si no es
muy suave, puede provocar irritaciones en la piel.
Persona responsable
de la higiene
El cuidador es el responsable de realizar la higiene en el
lactante y de enseñar cómo se debe realizar al niño mayor. La supervisión de
una persona adulta se debe mantener hasta los 6 u 8 años. Debemos explicar al
niño, con el lenguaje adecuado, la importancia de la higiene y motivarlo para
que sea capaz de realizarla de forma autónoma.
Método
A medida que el niño crezca, será más autónomo y querrá
lavarse solo. El educador debe recordar las pautas a seguir en cada caso y
ayudarlo en lo que necesite.
Otro aspecto importante es potenciar el hábito de higiene.
Podemos utilizar diversos recursos educativos: cuentos, canciones, dibujos...y
sobre todo ser firmes a la hora de introducir este hábito. No hay que preguntar
al niño si le apetece lavarse, es el cuidador quien debe decidir cuándo es
imprescindible que lo haga.
HÁBITOS RELACIONADOS CON LA
SALUD DENTAL
Para establecer un buen hábito a la hora de realizar una
higiene bucal correcta, debemos seguir unas pautas que se repetirán cada día:
Horario
La higiene dental se debería realizar después de cada
ingestión de comida. Si el niño come 4 o 5 veces al día, tendría que limpiarse
los dientes otras tantas veces. Un objetivo que pueda ser difícil de cumplir,
por eso debemos intentar que, como mínimo, se lave los dientes tres veces al
día (desayuno, almuerzo y cena). La más importante, y que nunca debe olvidarse,
es la higiene bucal posterior a la cena.
También se debería limpiar la boca de los lactantes varias
veces lo largo del día; la limpieza más exhaustiva se puede incluir en el
momento del baño.
Duración
El cepillado de la boca debe realizarse como mínimo durante
dos o tres minutos, pero la preparación de todo el material dura más tiempo.
Utensilios
Con los lactantes utilizaremos una gasa estéril o un dedal de
silicona y suero fisiológico o agua templada.
Con los niños a partir de 2 años utilizaremos:
• Cepillo de dientes: mango grueso, cabezal
pequeño, con dibujos, etc.
• Pasta dentífrica: específica para su edad ( con
la concentración de flúor adecuada, sabor agradable).
• Vaso de plástico.
• Alza (taburete resistente y seguro) para que
alcancen el lavabo.
Persona responsable
de la higiene dental
Durante los primeros años la persona adulta será la encargada
de realizar la higiene bucal y hasta los 6 u 8 años deberá supervisar la
higiene de los niños.
Es muy importante potenciar la autonomía del niño: si quiere
limpiarse los dientes él solo, dejaremos que se los limpie. Después, el
cuidador deberá repasar o acabar la higiene. Hay niños pequeños que muerden el
cepillo de dientes en vez de limpiarse correctamente: no debemos quitárselo. Es
mejor dejar que estén un tiempo “mordiéndolo” y después (con otro cepillo de
dientes que esté en buenas condiciones) completamos la higiene bucal.
Método
En los lactantes se debe mojar la gasa o el dedal en suero
fisiológico y realizar un masaje suave sobre las encías, limpiando los restos
de leche o papilla que hayan podido quedar.
Desde la erupción de los dientes hasta los 2 o 3 años, la
higiene se puede hacer con un cepillo dental pero sin pasta dentífrica. A
partir de esta edad, cuando el niño ya sabe escupir correctamente, utilizando
pasta dentífrica.
Para aprender a lavarse los dientes es muy importante
observar cómo se hace. Por eso es preferible
colocarse delante de un espejo. Cogemos
el cepillo y colocamos una cantidad muy pequeña de pasta. Si el niño ya es
autónomo, dejamos que lo haga él mismo.
El cuidador se coloca detrás del niño y le ayuda a realizar
la higiene. Es aconsejable seguir el mismo orden cada día y no olvidar ninguna
cara dental: externa, interna y de contacto.
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