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jueves, 11 de mayo de 2017

 Juegos para educar en valores: La paciencia

¡Hola a todos/as! Os traemos el cuarto juego para educar en valores a los niños.
En esta entrada, trataremos de aprender un poco más sobre cómo inculcar la paciencia.

“El valor de saber esperar”

La paciencia es una gran virtud que el niño debe. El niño debe entender que la paciencia es una gran aliada para llegar a la meta que nos hemos fijado.
La paciencia es bastante ajena al comportamiento habitual de los niños. Sin embargo, es un valor fundamental para vivir feliz y alcanzar nuestras metas.


Mamá, ¿puedo?

Hay una línea de meta y una línea de partida. El jugador que hace de “mamá” se para en la línea de meta. Los otros jugadores se forman en la línea de partida, a aproximadamente 15 pies. “Mamá” le da la espalda a la hilera de jugadores.

Hay varios posibles pasos que se pueden dar en cada jugada. La “mamá” le habla a un jugador por vez para que “dé un paso gigante” o “dé tres pasos de bebé”, o “salte 4 pasos normales”, etc., pero siempre comenzando con el nombre del jugador, “Juan, da 2 pasos de bebé”.
El jugador debe acordarse de decir, “Mamá, ¿puedo?” y esperar a que le den permiso para poder avanzar.

Luego “mamá” dirá “sí” o “no” dependiendo de lo que quiera hacer. Si el jugador se olvida de pedir permiso primero, debe regresar a la línea de partida.
La “mamá” luego se dirige a otro jugador en la línea y continúa hasta que un jugador finalmente llega a la línea de meta. Ese jugador se convierte en la “mamá” para el siguiente juego.


¿Qué aprendemos?

Esperar
Recompensa retrasada

Materiales: ninguno.


Esperamos que os haya parecido interesante este juego y su práctica, porque nunca debemos de olvidar que ¡los adultos tampoco dejamos de aprender nunca! Y en este caso, la paciencia es algo que necesitamos todos…

Orientaciones para crear un adecuado ambiente familiar

La importancia de un buen y agradable ambiente familiar se puede conseguir con algunos pasos que os exponemos a continuación:

 1.- Creer en vosotros mismo, en vuestra capacidad como padres y madres, en vuestro hijo/a a quién conocéis mejor que nadie.

2.- Amar a vuestro hijo/a de manera incondicional. Evitar condiciones a vuestro amor. Demostrarles que son amados por sí mismos, no por lo que hacen o  por lo bien que realizan sus tareas. 

3.- Demostrarle afecto abiertamente. Eso le ayuda a entender y sentir vuestro amor y respeto

4.- Fomentar una comunicación abierta, sobre todo al respeto a los deberes o a los problemas relacionados con la escuela.

5.- Animarles a guardar un equilibrio entre el trabajo, la diversión y el descanso.

6.- Fomentar su independencia y ayudarles a pensar por sí mismos.

7.- Prestar más atención a las sencillas actividades diarias de la vida y mejores a los objetos materiales y logros.

8.- Elogiar los intentos de vuestro hijo/a por comportarse con madurez, cada vez que se esfuerzan. Ignorar todo lo posible cuando no les sale bien.

9.- Inculcar la curiosidad en nuestro hijo/a. Eso le servirá para toda la vida.

10.- Dejar bien claro lo que esperáis de ellos. Decidlo de una manera sencilla y directa para que no haya malos entendidos.

11.- Ofrecer la oportunidad de tomar sus propias decisiones y dejarles ver las consecuencias naturales de las mismas. Saber tomar decisiones refuerza la confianza y la independencia.

12.- Inculcar responsabilidades y obligaciones en casa, que entiendan que todos deben colaborar, sea cual sea su sexo.

13.- Construir un ambiente familiar y social estable, con unas buenas relaciones afectivas y que se debe interese por el mundo de la escuela y tareas a realizar en el hogar.





5 conductas de los padres que entorpecen la educación de los niños:

Para los papis y mamis va dirigida esta entrada con el fin de concienciar de ciertas conductas que, además de reconocerlas, no están sirviendo para el buen desarrollo de la educación de vuestros peques. Pero no preocuparos, porque todo se puede cambiar y encontrar solución.
Hemos elaborado una lista sobre cinco conductas en concreto que consideramos como las más importantes y qué, debéis cambiar. ¡Así que atentos!

1. RESOLVÉRSELO TODO:

Solventar sus descuidos dificulta su maduración
“Los niños han de aprender a organizarse y a solventar sus problemas, a cualquier edad, y no hay que mandar a nadie corriendo a comprar tinta de impresora a última hora de la tarde porque al día siguiente ha de entregar un trabajo ni llevarle a la escuela el libro o el bocadillo olvidados; si los padres les resuelven todo ‘con tal de que estudien’, no maduran, no asumen sus responsabilidades ni aprenden a ser autónomos”, coinciden Comellas y Montenegro.

2. PROYECTARSE EN LOS HIJOS:

Las expectativas no siempre se adecúan a las capacidades
Los psicólogos consideran que en muchas familias pesan más las expectativas que tienen los padres sobre los estudios de los hijos que las preferencias o capacidades de estos, y muchos chavales son orientados a estudiar lo que quieren o les gusta a sus progenitores. “En este país confundimos inteligencia con título, continuamos desprestigiando la formación profesional y no valoramos la creatividad como un medio para vivir”, reflexiona Comelles.





3. USAR EL ESTUDIO COMO PEAJE:

Las tareas escolares acaban entendiéndose como un castigo
“Castigado a hacer los deberes” o “hasta que no acabes de leer no hay dibujos” son frases que utilizan algunos padres para incitar a sus hijos a hacer las tareas escolares. Pero los expertos aseguran que el tiempo de estudio debería ser siempre un tiempo de tranquilidad y sosiego, no de regañinas. El objetivo, explican, debe ser ayudar a los niños a descubrir el placer de la lectura o del aprendizaje, y eso no se consigue si se plantean las tareas escolares como un castigo o como un peaje necesario para poder disfrutar de actividades placenteras como salir con los amigos, ver la televisión o jugar con la consola.
Y a medida que crecen, han de entender la relación entre esfuerzo, dedicación y resultados, indica Comellas.

4. PREMIAR LAS NOTAS:

El estímulo material desvirtúa y puede aumentar la frustración
Las notas ni se han de premiar ni castigar; se han de elogiar y aplaudir, o analizar si es necesario dedicar más tiempo a estudiar, según los expertos. “El mejor estímulo es descubrir cosas nuevas y desarrollar tus intereses, si hace falta un estímulo material, es que algo no funciona”, apunta Domènech.
Montenegro advierte que los premios pueden causar una doble frustración, porque con frecuencia se ofrecen por notas poco realistas y si el chaval no triunfa a pesar de la recompensa prometida su sensación de fracaso y su malestar es doble: además de no alcanzar su meta escolar, se queda sin regalo.

5. FOCALIZAR TODO EN EL ESTUDIO:

Hacer de la formación el eje de la vida familiar daña la relación
Los educadores aseguran que una frase muy reiterada de los estudiantes es “a mis padres sólo les interesa si estudio, lo demás no les importa nada”. “Cuando focalizas todo en los estudios, cuando lo primero que le preguntas a tu hijo en la puerta de la escuela es qué deberes tienes o qué nota te han puesto en vez de cómo te ha ido el día, o con quién te has relacionado, transmites que te interesa el aprendizaje, no la persona”, dice Comellas. Y agrega que lo mismo ocurre cuando al hijo universitario se le libera de tareas domésticas porque “su trabajo es estudiar”. “Esa persona tiene que vivir, ha de saber organizarse, tener habilidades domésticas y saber relacionarse, y de eso a veces no nos ocupamos, ni nos interesamos por su vida emocional y relacional”, enfatiza la psicóloga.

Muchos padres y madres coinciden en estas conductas, tal vez por cometer el error de implicarse demasiado en el éxito de los estudios de sus hijos. La solución está en aprender el papel que juegan en la enseñanza de los mismos.
Más información y noticias sobre este tema lo podéis encontrar en el siguiente enlace del que hemos sacado la información:



Juegos para educar en valores: Honestidad

¡Hola! Después de presentaros en otra entrada los juegos para educar en valores, hablamos de cuatro valores en concreto. Pues hoy os traemos el segundo; la tolerancia. ¡Así qué, si os interesa, estad atentos!

A menudo los niños dicen algo que no es bonito o lo correcto. Desarrollar y entender el bien y el mal es importante para los niños. Ellos deben saber cómo tratar a todas las personas con justicia y honestidad además de escuchar, considerar cómo se sienten los otros y corregir sus errores.

Enseñar la honestidad a los niños mediante un juego es una forma divertida de que aprendan, además de formarlos como modelos de justicia y honestidad para los demás.

¿Quién cogió la galleta del frasco de galletas?:

Este juego ofrece un concepto simple de honestidad. Ayuda tener un frasco de galletas y encontrar una con uno de los participantes. Primero, comienza contándole a un niño una historia acerca de un frasco lleno de galletas, pero cuando alguien (introduce el nombre de una persona o usa en su lugar "mami" o "papi") va a coger una galleta, ve que no quedan más. Luego canta "¿Quién cogió la galleta del frasco de galletas? Papi las cogió. ¿Quién? ¿Yo? Sí, tú. No puede ser. Entonces ¿quién?" Sigue repitiendo usando los nombres de los niños e incorporándolos a la canción y respondiendo a la canción diciendo "¿Quién? ¿Yo?" y "No puede ser". Una vez que el niño produce la galleta, recompénsalo con una galleta u otro premio.



Materiales: un frasco de galletas

Habla con tu hijo o con el niño:


Una vez terminado el juego daremos la posibilidad al niño de que haga comentarios sobre lo sucedido durante la actividad. Guiaremos la conversación sobre qué es la honestidad, definiremos cuáles son las buenas acciones para considerar a alguien honesto de forma que comprenda qué es la honradez, y cómo deben ser las relaciones entre las personas honestas.


Esperamos que os haya gustado el juego y que lo pongáis en práctica con los peques.
¡Recordad que vosotros también os divertiréis como niños mientras enseñáis!


"10 errores comunes que pueden cometer los padres"



Si eres papá o mamá debes seguir leyendo, porque seguramente te pase alguno de los siguientes errores que vamos a nombrar a continuación. Como padre nada se os da hecho y, más si sois padres por primera vez. Así qué, tranquilos porque tiene solución.

La columnista y blogera, Kari Kubiszyn Kampakis ha elaborado la siguiente lista de errores más comunes. 

Lo primero es identificar alguno de estos errores:

1.Adorar a los hijos (el entusiasmo por hacer cualquier cosa por ellos, comprarles cosas, cubrirles de amor y de atenciones)

2. Creer que los hijos son perfectos (los padres no quieren oír nada negativo sobre sus hijos. Cuando se menciona la palabra preocupación, o problema, la reacción suele ser atacar al mensajero)

3. Vivir a través de los hijos (Lo cierto es que si os implicáis demasiado en sus vidas, os resultará más complicado ver dónde acaban ellos y dónde empezáis vosotros. Cuando vuestros hijos se convierten en una extensión de vosotros, puede que los veáis como una segunda oportunidad. Pero, no se trata de ellos, sino de vosotros. Llega un momento en el que su felicidad empieza a confundirse con la vuestra)

4. Tratar de ser el mejor amigo de nuestro hijo (tratar de ser el mejor amigo de tu hijo solo puede llevar a una permisividad excesiva, y a que tomes decisiones desesperadas por temor a no contar con su aprobación. Esto no es amor, sino necesidad)

5. Entrar en una competición por ser el mejor padre (si fomentamos una actitud de ganar cueste lo que cueste y les permitís que empujen a otros niños para conseguir ser los primeros, la cosa se os está yendo de las manos)

6. Olvidarnos de lo maravilloso que es ser niño (La infancia es un momento de juegos y de descubrimientos. Hay que dejar que disfruten y crezcan a su propio ritmo, así que, en primer lugar, deben explorar sus intereses sin miedo al fracaso y, en segundo lugar, no tienen que sentirse agobiados)

7. Criar al hijo que queremos, y no al que tenemos (Nuestro trabajo consiste en descubrir los dones innatos del niño, y en tratar de guiarlos por el buen camino. Ante todo, inculcarles nuestros propios sueños no va a funcionar. Solo si entendemos quiénes y cómo son, podremos tener un impacto en sus vidas)

8. Olvidar que los hechos pesan más que las palabras (vuestra actitud les da permiso para comportarse de la misma manera; la tolerancia, el apoyo mutuo entre los padres, etc)

9. Juzgar a otros padres... y a sus hijos (Nunca sabéis por lo que alguien está pasando, ni cuándo os veréis en una situación parecida. Aunque, en ocasiones, no podamos evitar tener nuestros prejuicios, deberíamos controlarlos y tratar de entender a la otra persona)

10. Subestimar el carácter (nadie puede exigir un carácter concreto a sus hijos. Si queréis fomentar el carácter, la confianza, la fuerza y la resiliencia, tenéis que dejar que los niños se enfrenten a las adversidades).

Según el  psiquiatra Paul Bohn “Muchos padres hacen lo que sea con tal de evitar que sus hijos sufran cualquier tipo de incomodidad, ansiedad o decepción; cualquier cosa poco agradable. Y, como consecuencia, cuando se hacen adultos y experimentan las frustraciones normales de la vida, piensan que el mundo se les viene encima, que hay algo que va mal, muy mal”

En conclusión, debéis dejar a vuestros hijos que se equivoquen, aprendan, desarrollen su propio carácter y formen a lo largo de su desarrollo “su propio camino”. Sois sus mejores ayudadores junto con los educadores de esta etapa y sus futuros profesores, por ello;  trabajar conjuntamente y aceptar a vuestros pequeños tal y como  serán la premisa perfecta para “prepararles el camino”.



miércoles, 10 de mayo de 2017



Escolarización en Educación Infantil, España.

(Evolución, datos y cifras)

Desde el Ministerio de educación, cultura y deporte; os traemos hoy un dato importante que no deberíamos ignorar.

Se trata de la evolución del absentismo escolar, en este caso, en Educación Infantil de nuestro país.
Tras haber investigado los datos y cifras proporcionados por el Ministerio, hemos interpretado algunos datos interesantes que, a continuación, exponemos:

Evolución de la Educación Infantil:




Por un lado, podemos observar un incremento de 320.000 matriculaciones desde el curso 2005-2006 hasta el curso pasado, 2015-2016 con 1.8806.620 matrículas.

Y por otro, el número de centros que imparten Educación Infantil con un incremento también notable de 5.000 centros más que en el curso 2005-2006. Cabe destacar, no solo incremento en general, sino también, el número de centros privados frente a los públicos (el doble de centros).


Otra tabla que podemos observar es la del número de matriculaciones por Comunidades autónomas.

Alumnos de Educación Infantil por ciclo y comunidad autónoma. Curso 2015-2016:

En cabeza encontramos a Andalucía (una de las más grande CC.AA. de España) con un total de 358.896  matriculas (entre primer y segundo ciclo). Le siguen Cataluña con 310.098, Madrid con 290.128 y Valencia con 184.347. El resto de comunidades no sobrepasan los 100.000, quedando en último lugar con menor nº de matriculaciones: Ceuta (4.100) y Melilla (4.831), también debido a su reducida población frente a Andalucía, por ejemplo.


España cuenta con un total de 1.806.620 de matrículas en infantil. La cual la encontramos en el curso 2012-2013, en quinta posición de escolarización a los 3 años a nivel de Europa. Con un 99,3% Francia, 97,7% Malta, 97% Bélgica y 96,3% Dinamarca. España se encuentra con un 96,3%.
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En conclusión, nuestro país se encuentra con un medio/alto porcentaje de escolarización en el segundo ciclo de Educación Infantil a nivel europeo. Andalucía en primer puesto como mayor Comunidad Autónoma con matriculaciones en ambos ciclos. Y por último, una vez más, la Educación pública sobrepasa a la privada con mayor número de centros ofertando plazas en E.I.

Os recordamos que este balance es del curso 2015-2016 y que, podéis encontrar toda la información completa (tanto de Infantil como el resto de niveles educativos) en el siguiente enlace:


Esperamos que os haya gustado esta entrada, pues la hemos considerado como dato interesante y de importancia como es el absentismo escolar. 

Los padres…¿Cómo ven a sus hijos?...¿Cómo los educan?

En esta entrada vamos a hacer un rápido recorrido por varios países para ver cómo ven a sus hijos los padres y la forma distinta y, a la vez, interesante de educarlos. Si te interesa, ¡¡sigue leyendo!!



Después de leer varias páginas e indagar sobre este tema, hemos encontrado cuatro países interesantes para debatir sobre su práctica educativa.


La profesora de Desarrollo Humano de la Universidad de Connecticut, Sara Harkness, lleva décadas recopilando información sobre la manera en que los padres de distintas culturas abordan la paternidad, y las cuestiones en las que se encuentran mayores diferencias…

Y ha concluido en que la única característica compartida, en todas las culturas, es “la necesidad de los padres en buscar lo mejor para sus hijos…pero los caminos para lograrlo son muy distintos”.
“Eso es “amor”. Uno quiere “lo mejor para sus hijos”, porque los ama…Más, ¿por qué tendría alguien que sorprenderse de que “la crianza” varíe en cada cultura?…lo que debemos aceptar, abiertamente, es el hecho de que por mucho que creamos estar informados acerca de la “paternidad-educación”, en la manera en que criamos a nuestros hijos están siempre presentes (por detrás de nosotros) los atavismos: “tiene que ser como su padre”, “exactamente así era su abuelo”… “…ya lo trae en la sangre”…(la tendencia a copiar los caracteres de los ascendientes). Ese conjunto de creencias, que se transmiten de padres a hijos, son mucho más poderosas de lo que pensamos” (Harkness, S).


¿Qué piensan los propios padres de sus hijos?

Para marcar las diferencias culturales, regionales, en la educación de los hijos, Sara Harkness conversó con padres de hijos de distintos países sobre la manera en que ven a sus hijos y las actividades que realizan con ellos, y la investigadora ha llegado a las siguientes conclusiones:

Estados Unidos:

“Los padres estadounidenses hablan de sus hijos siempre como inteligentes, incluso ‘cognitivamente avanzados’, algunos los clasifican como ‘rebeldes’, una característica que se ve como positiva en la niñez… como los padres americanos creen que la inteligencia es el atributo más importante, su educación se basa en buscar actividades que estimulen a los niños, tratando de que cada momento sea un reto educativo, algo que tiene pros y contras, en la medida en que la sobreprotección parental puede ser perjudicial para el desarrollo emocional e intelectual del niño” (Harkness, S)

Italia:

“Los italianos nunca definen a sus hijos como inteligentes. Al igual que los americanos, ven cómo sus hijos hacen muchas preguntas, pero los definen como simpáticos. Simplemente piensan si son lo suficientemente sociables…En Italia son los padres, no las madres, las que juegan con los hijos” (Harkness, S)


Holanda:

“En Holanda, que un niño haga muchas preguntas es un atributo negativo: significa que el niño es demasiado dependiente. Para ellos es más satisfactorio que el niño esté tranquilo y sea regular en sus rutinas de descanso” (Harkness, S)

España:

Los españoles –dicen- para referirse a los hijos, prefieren hablar de su carácter y sociabilidad. Y la actividad que más les gusta hacer es pasear con los hijos, una costumbre que se considera más estimulante que cualquier otra cosa. La educación que se prefiere para los hijos es, en cierta medida, más social: pasean con los hijos con la idea, también, de que se relacionen con otros niños y vecinos (Harkness, S)

 Después de enfocarnos en la señora Harkness, debemos concluir con que todo depende del “cristal con el que se mire” y en este caso, es cómo miren los padres a los hijos.

¡Esperamos que os haya interesado!






Juegos para educar en valores

¿Cómo inculcar los valores a los más peques? ¿Es tarea fácil? Recordar que los valores se transmiten con el ejemplo…Así qué, atentos/as a los cuatro juegos que os vamos a traer sobre la tolerancia, honestidad, obediencia y paciencia. ¡Una forma sencilla y más divertida para aprender!

Hoy vamos a explicar la tolerancia mediante un cuento.

Juegos para aprender la tolerancia:

La tolerancia es un valor fundamental para vivir en paz y rodeado de amigos. Este cuento ayudará a tu hijo a entender su importancia.

Necesitarás:
Lámina y lápices para colorear.

Cuento: El capitán Barbalechuga

Había una vez un capitán pirata al que todos llamaban Barbalechuga. En realidad, no tenía ninguna lechuga en la barba, ni tampoco tenía la barba de color verde. A este pirata le llamaban Barbalechuga porque era vegetariano y no había día que no comiera una o dos veces ensalada de lechuga.

Barbalechuga comía todo tipo de verduras y frutas, legumbres y tofu. Y siempre había muchos alimentos de estos en el barco, aunque los otros piratas preferían comer otras cosas como carne y pescado. Además, Barbalechuga también comía cereales, huevos y leche.

Los piratas de vez en cuando se burlaban de su capitán y le escondían el tofu y las legumbres para hacerlo rabiar. Pero le respetaban, porque aunque estaba un poco más flacucho de lo normal en un pirata, era un pirata valiente y fuerte.

Un día, sin saber cómo, la carne y el pescado en salazón de las despensas del barco desaparecieron, y no había manera de que los peces picaran el anzuelo. 

Alguien había robado la comida a los piratas del Capitán Barbalechuga y había asustado a los peces. Y estaban en alta mar, sin viento para navegar.

- ¿Qué haremos ahora? -se lamentaban los piratas. 

Estaban muy lejos de cualquier puerto, y sin viento, el barco no podía avanzar. 
Barbalechuga les ofreció compartir su comida, pero los piratas dijeron que preferían seguir esperando a que algún pez picara. Mientras tanto, fueron comiendo cereales, huevos y leche, pero pronto se acabó.

Viendo a sus hombres cada vez más débiles, Barbalechuga decidió preparar él mismo algo de comer para todos usando sus verduras y legumbres. Cuando los piratas se encontraron con aquel festín, ni se lo pensaron. En un abrir y cerrar de ojos se lo comieron todo.

- ¡Uhm, qué bueno está esto! -decían mientras devoraban la comida.

Al día siguiente, Barbalechuga volvió a preparar la comida, y los piratas volvieron a comer con apetito, y enseguida recuperaron las fuerzas.

A los pocos días volvió el viento y pudieron navegar, por lo que emprendieron viaje al puerto más cercano para reponer víveres.

EEl capitán Barbalechugantonces, a alguien se le ocurrió preguntar:
- ¿Qué hemos estado comiendo estos días?
- La comida del Barbalechuga -respondió el capitán.
- ¿En serio? -dijeron los piratas, todos a la vez? 
- Vaya, no era tan mala ¿verdad? -preguntó Barbalechuga.
- Carguemos más legumbres, frutas y verduras entonces! -dijeron los piratas.
- Un momento, ¿No os gustaron las hamburguesas? -dijo el capitán.
- ¡Nos encantaron! -dijeron los piratas.
- Pues vais a tener que cargar más tofu entonces -dijo el capitán.

Los piratas se miraron los unos a los otros, extrañados. Después de unos segundos, se echaron a reír y dijeron:
- ¡Más tofu!

Y así fue como los piratas del capitán Barbalechuga empezaron a comer de todo. Y, aunque no le quitaron el mote a su capitán, dejaron de burlarse de él.

De la comida robada nunca se supo nada, aunque hay quien piensa que fue el propio capitán quien la escondió, cansado de burlas sobre su forma de comer, para darles una lección. Pero eso, solo son rumores.

Explica al niño/a que tolerar es respetar el criterio de los demás, aunque no estemos de acuerdo. Por ejemplo en el cole, si la mayoría decide jugar a un juego que a ti no te gusta, debes ser tolerante y aceptarlo (entre otras situaciones).


lunes, 8 de mayo de 2017


¿Premios y castigos para educar?


Antes de comenzar, debemos entender que:

-El castigo debe ocurrir en el momento en que ocurre el mal comportamiento.

-El niño debe entender que es como resultado de su comportamiento y no como resultado del enojo de sus padres.

-El castigo debe ser consistente y tener sentido, no deberá ser más severo que el mal comportamiento.

-El castigo debe ser limitado y aplicado en privado.

-Pegarle a los niños o niñas es una forma común de aplicar castigo pero no es la forma más efectiva.


Ahora, debemos entender qué es castigo y qué premio:



El tema de los castigos y las recompensas está íntimamente relacionado con el de la disciplina.

Podemos llamar castigo a una situación o experiencia desagradable que el adulto provoca intencionalmente, con el fin de eliminar del comportamiento del niño determinadas conductas que considera perjudiciales.

La recompensa pretende estimular y afianzar la aparición de determinados tipos de conducta adecuados y  positivos. Se le proporciona al niño una situación agradable, producida o por la alabanza que recibe del adulto por su acción bien hecha, o por el objeto material que se le da como regalo.

Por tanto:

Para que sean efectivos, premios y castigos, deben utilizarse con cuidado, sin excederse en ninguno de ellos y procurando que  el niño los comprenda y los encuentre justos.
Si los castigos que recibe son injustos, pueden despertar en él el rencor y el resentimiento.


"La recompensa adecuada":

A pesar de que los estudios psicológicos han demostrado que la recompensa obtiene resultados  más eficaces y duraderos sobre la conducta infantil que el castigo, en la vida diaria los padres hacen uso mucho más frecuente de los castigos que de las recompensas. 

Es fácil darse cuenta, observando a un niño, de que en realidad ocurre que un adulto, excesivamente atareado por sus múltiples ocupaciones, no vuelve su atención hacia el niño, sino cuando tiene que reñirle o castigarle por haber cometido algún disparate.

Generalmente los padres se preocupan por dar premios a sus hijos en determinadas épocas del año: exámenes finales o días especialmente significativos en el seno familiar. Pero lo que los niños necesitan no es este tipo de premios, solamente, sino la aprobación inmediata y bastante frecuente a sus acciones bien realizadas.



Por tanto, ¡os animamos a premiar (aprobación inmediata) de las acciones bien realizadas de los más peques más que un regalo, pues es considerado más efectivo!