http://www.abc.es/20120506/sociedad/abci-educar-familia-casa-201205031137.html
Hoy os traemos una interesante noticia sobre la educación en escuelas frente a la educación en casa. ¡si os interesa, seguir leyendo a continuación!
"Mi hijo no va al colegio, pero está mucho más preparado que el resto"
Alrededor de 2.000 familias en España educan a sus hijos en casa. Es el llamado «homeschooling», una opción rodeada de mitos y que, según sus defensores, da «excelentes resultados»
Las pocas informaciones que nos llegan sobre el «homeschooling» (educación en casa) se reduzcan al hecho de que extravagantes celebrities, como la familia Cruise, opten por esta modalidad educativa en sustitución de la escuela tradicional hace, con toda seguridad, un flaco favor a quienes luchan por que esta alternativa se despoje de los falsos mitos que la rodean.
Alrededor de 2.000 familias españolas educan a sus hijos en casa por elección propia. No se trata de datos oficiales, sino de las estadísticas que familias y asociaciones como ALE (Asociación para la libre educación) manejan, dada su dificultad para realizar recuentos exhaustivos por problemas legales. A grandes rasgos, el «homeschooling» puede definirse como una opción cuyo objetivo básico responde a la «voluntad de educar a los hijos anteponiendo el criterio familiar más personalizado y flexible por delante de un criterio escolar único para todos». Así lo describe Carme Urpi, profesora en la Universidad de Navarra, quien subraya la necesidad de anteponer el «aprendizaje comprensivo y participativo» al «automatizado y descontextualizado» que, en su opinión, aporta el sistema educativo actual.
Las razones principales de los padres que deciden que sus hijos no asistan cada día al colegio se basan, principalmente, en una desconfianza absoluta del sistema establecido, así como en la creencia de que existen mejores formas de aprender que mediante la «mera transmisión de conocimientos» que ofrece la escuela. Consideran, además, que los niños que aprenden con este método están igual o mejor preparados que aquellos que sí reciben formación reglada.
Sin normas estrictas
Sergio educa a sus tres hijos en casa. Uno de ellos tiene seis años, los otros dos, mellizos, cuatro. «Construimos la educación a partir de juegos. Los niños se despiertan por la mañana y se ponen a jugar al ajedrez, dibujar historias, plantar hierbas o construir un ecosistema para los insectos que encontramos en el jardín. No hay normas rígidas sobre lo que deben hacer». Como explica, es a partir de la rutina diaria como surgen los temas que se tratarán en cada momento: «Si encontramos una lagartija podemos acabar hablando de dinosaurios y meteoritos con un libro entre las manos, pero no seguimos un programa definido ni un único texto de apoyo. Por ejemplo, jugamos a las matemáticas de cabeza y sin apuntar, aprendemos a identificar morfológica y sintácticamente las oraciones según hablamos...». Además, asegura que sus tres hijos hablan inglés, puesto que «lo practican a diario».
«Más preparados que otros niños»
Para quienes defienden este método resulta totalmente erróneo relacionar el «homeschooling» con absentismo escolar, con menor preparación de los menores o con padres demasiado «progres». Según Carme Urpi, este método supone lo contrario de lo que se piensa, pues da lugar a «buenos resultados académicos, a una mayor personalización del proceso de enseñanza-aprendizaje y, por tanto, a una mejor atención al alumnado». Además, opina que posiblemente el sistema pueda aumentar las posibilidades laborales de los jóvenes de cara al futuro.
Al preguntarle por las principales barreras de este sistema, Urpi puntualiza que más bien se trata de requisitos, dado que «la escuela en casa requiere una mayor implicación por parte de los padres en la educación de sus hijos. Se trata de inconvenientes que podrían reducirse con el reconocimiento necesario y el apoyo correspondiente».
Laura Mascaró no destacaría «en absoluto» nada positivo del sistema educativo actual. «En su momento, conseguir la escolarización "universal" fue un gran logro social, pero de ahí a obligar a usar ese sistema en concreto hay una gran diferencia». Carme Urpi, por su parte, considera que el sistema «requiere una mayor flexibilización que permita una atención a la diversidad más real, mayores cauces de participación de las familias y mejoras en el desarrollo de la profesión docente».
Pero... ¿es legal?
En este sentido, Sergio destaca que el Ministerio de Educación brinda, desde hace años, la posibilidad de estudiar a distancia a niños con necesidades especiales, aunque el «homeschooling» se encuentra inmerso en un auténtico vacío legal. Las familias, agrupadas en asociaciones como ALE, reivindican «que se diferencie con claridad la figura de la educación en familia del mero absentismo escolar o desatención». «Otro problema es la homologación de los estudios . En la actualidad, los niños que se forman en casa no pueden obtener el título de secundaria por libre hasta los dieciocho años, dos años de desventajea en relación con los alumnos escolarizados. No creo que exista nada que justifique semejante discriminación».
Para Carme Urpi, el único peligro que entraña esta opción es la «falta de seguridad y normalidad» de los «homeschoolers», al ser tratados «casi como delincuentes», cuando en realidad se trata de una opción legalmente reconocida en muchos países. Mascaró, por su parte, asegura que la principal consecuencia de este vacío legal es que «algunas familias se vean perseguidas por la administración» y la resolución de sus casos dependa «casi exclusivamente de los funcionarios de turno a los que les corresponda: asistentes sociales, inspectores educativos, fiscales de menores y jueces».
Para Carme Urpi, el único peligro que entraña esta opción es la «falta de seguridad y normalidad» de los «homeschoolers», al ser tratados «casi como delincuentes», cuando en realidad se trata de una opción legalmente reconocida en muchos países. Mascaró, por su parte, asegura que la principal consecuencia de este vacío legal es que «algunas familias se vean perseguidas por la administración» y la resolución de sus casos dependa «casi exclusivamente de los funcionarios de turno a los que les corresponda: asistentes sociales, inspectores educativos, fiscales de menores y jueces».
Laura se muestra plenamente convencida de que, hoy por hoy, el «homeschooling» es la mejor opción para su hijo si quieren vivir en España. «La crisis que vivimos no es solo económica, sino también educativa. Cuando el sistema oficial de enseñanza fracasa de un modo tan escandaloso, la obligación moral de los padres es buscar alternativas que garanticen a sus hijos la adquisición de las habilidades necesarias para la vida». Además, dice que su hijo, de 7 años, ya no quiere ir al colegio: «Sabe que existe la posibilidad de que tengamos que ir a juicio y perdamos. Ante esa tesitura, prefiere que nos vayamos a otro país antes que volver al colegio».
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